martes, 3 de noviembre de 2009

Tu novia, tu amante... la soledad

















Hoy por la mañana fui a ver la tumba de mi querido amigo Phill Voguel. Es extraño asistir a un cementerio en donde sabes que no hay nadie, es decir, está la tumba, la lápida, el ataúd de Phill… pero no está el cuerpo.

Según el informe oficial el caso se catalogó como suicidio, todos los amigos y la familia de Phill se quedaron y aceptaron esa versión, incluso yo mismo, puesto que la personalidad depresiva de mi buen amigo era algo altamente reconocible. Sin embargo el cómo se llegó a esta instancia es lo mas raro y poco ortodóxo que me ha tocado ver, y lo paso a contar en seguida.

Fue la noche de brujas de hace dos años atrás cuando fui a visitarle a su casa, él no se encontraba ahí, pero si estaba su madre con quien tengo una muy buena relación. Ella me comentaba cosas sobre Phill, de que andaba muy triste este último periodo, de que se había separado de su actual novia etc, etc. cuando por radio logré captar una llamada policial en la cual daban aviso de un incidente ocurrido cerca del río del condado, la madre de Phill producto de una especie de intuición y paranoia muy común en madres posesivas-preocupadas me rogó que la llevara al lugar de los hechos narrados por radio. Y así lo hice, llegamos al lugar en el cual precisaban asistencia policial al cabo de unos 20 minutos y gracias a mis contactos en el departamento central mas mi reputación, el oficial a cargo nos dejó permanecer en el lugar que ya estaba siendo acordonado por los demás policías.


-¿Qué ha ocurrido? – Pregunté.


-Unos vecinos del lugar llamaron diciendo que un tipo había enloquecido y había estado gritando a los cuatro vientos que “algo lo venía a buscar”, traía una pistola y había dado unos disparos al aire.- Me contestó el oficial.


-Vaya…- dije muy sorprendido.- ¿algún rastro del sujeto?


-No, ninguno… tan solo encontramos el arma al borde del río mas esta billetera con una identificación y una carta.- me respondió el oficial enseñándome la identificación que había en la billetera.- su reputación lo precede, señor Kennedy, le agradeceremos mucho si nos puede ayudar en esto…


Cogí la bolsita plástica en la cual se dejaba ver la identificación del hasta entonces “extraño sujeto loco” y reconozco que me sorprendí solo levemente al comprobar que se trataba de mi amigo Phill Voguel, disimuladamente miré a su madre quien se encontraba a unos 6 metros atrás de mí con una evidente preocupación, por lo que cogí del brazo al oficial e intenté alejarme unos pasos de ahí.


-Pues, si el arma tiene las huellas digitales de Phill Voguel – le dije a quien estaba a cargo.-cerrarían el círculo, hasta el momento esta evidencia es puramente circunstancial, no hay como comprobar que él fue quien dio esos disparos.


-Es verdad… - me contestó con aire pensativo.- mmm… quizá desee ver la carta que encontramos junto a la billetera, tome.


Cogí la carta y al instante noté que la letra no pertenecía a mi amigo, me dispuse a leerla y decía algo así:

“ Te he observado día y noche, engañándome con aquella mujerzuela, me atrevo a llamarla de esa manera porque ella también me conoció, asi como tantos me han conocido…

Eres tú quien no entiende que me perteneces, jamás serás mas feliz que estando conmigo… yo te cuidaré y nunca te separarás de mí, ¿no te das cuenta que estamos hechos el uno para el otro?

Sé muy bien que mientras estuviste en sus brazos, tú te olvidaste de mí y creías ser feliz, pero ahora que te has separado de ella has regresado junto a mí, seré por siempre tu amante… tu novia, el amor de tu vida….


La soledad “



Algo así decía la carta, la verdad es que no recuerdo muy bien, pero lo que si tengo bastante claro es que la firmaba alguien que decía ser …”la soledad”.

Pobre Phill, siempre solo e incomprendido, la idea del suicidio se me pasó por la mente apenas y terminé de leer la carta. El oficial a cargo prometió hacerme saber si las huellas de la pistola coincidían con las de mi amigo y sobre algún avance en la investigación sobre su paradero, yo me enfrentaba a la terrible misión de comunicarle todo esto a su madre que se encontraba ahí mismo en el lugar.


Pasaron unos meses y como era de esperarse las huellas de la pistola coincidieron con las de Phill, por lo que no era coincidencia el que se encontrara ahí mismo su billetera y esa carta, luego de un año de intensas búsquedas en el río y por sus alrededores no se encontró cuerpo alguno. A los meses después el oficial a cargo fue promovido a otra ciudad y dejó el caso abierto, hasta ahora nadie ha podido hacer nada, por lo que de forma simbólica las autoridades aconsejaron a la familia aceptar la pérdida.

Es muy extraño todo esto que he contado y mientras estaba en el cementerio una fría brisa recorrió mi cuerpo, y me hizo recordar aquella singular carta y su remitente… “la soledad”…





Aún cuando estoy sin compañia, me siento observado a veces...

Leon S. Kennedy, 00:23 A.M.


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sábado, 22 de agosto de 2009

El misterioso rescate de Rusell Hawkins

























Recuerdo a Rusell Hawkins, piloto de la fuerza aérea quien naufragó cerca del triángulo del diablo.

Fue hace dos años atrás, un 22 de Enero. Recuerdo que abordamos el helicóptero aquella tarde con la esperanza al menos, digo “al menos” de encontrar su cadáver ya que las aguas de aquel lugar son particularmente violentas y salvajes. Acompañé a Richard Susman, experto rescatista quien me iba conversando muchas cosas en el camino:


-Espero que tus ojos sean buenos, Kennedy…- Me dijo mientras se ajustaba su cinturón al arnés de seguridad.- esto es el equivalente a querer encontrar una pelota de basketball en medio del océano ¿entiendes?


Yo asentí con la cabeza.


-Te lo digo porque en el mar lo único que distingues del cuerpo de una persona sobre las aguas es su cabeza, es el equivalente ¿comprendes?


Volví a asentirle con la cabeza.


-Bien… por lo que veo no tienes problemas de comprensión.- Me dijo mientras me acercó unos binoculares.- toma, echa un vistazo al mar es posible que la corriente lo haya arrastrado hacia este punto.


Reconozco que al cabo de dos horas y de los no muy positivos resultados de búsqueda temí lo peor, pero por alguna razón Susman se mostraba confiado, para él no había duda de que lo íbamos a encontrar.


-He rescatado a personas después de hasta 6 o más horas de búsqueda, Kennedy…- Me dijo Susman mientras masticaba su chicle de menta.- en esta profesión la paciencia es lo que hace la diferencia… ¡hey, Carl! ¡avísame cuando estés sobre el triángulo!


El piloto le hizo una señal de “afirmativo” con la mano mientras inclinaba la dirección del helicóptero hacia la derecha. Creo que luego pasó alrededor de una media hora hasta que el piloto nos dio el aviso de que sobrevolábamos el área del accidente aéreo. El sol comenzaba a esconderse ya y eso empeoraba las condiciones de búsqueda.


-Bien, Kennedy… estamos contra el tiempo e intentar encontrar una pelota de basketball en el mar y sobre todo de noche, pues es muy difícil, nos iría mejor encontrando la maldita aguja en el pajar.- Me dijo con su extraño y particular sentido del humor, mientras continuaba mascando su chicle de menta, ya llevaba casi 2 horas con el en la boca.

El helicóptero se ubicó en altura y se movía lentamente, pues las olas que producía el movimiento de las hélices mas el reflejo del atardecer en las aguas provocaban unos engañosos efectos ópticos. Paulatinamente el helicóptero comenzó a recorrer el perímetro y nosotros observábamos el océano en búsqueda de cualquier cosa anormal que sobresaliera, hasta que de pronto lo vi. Primero creí que era un efecto de las olas, pero luego gracias al zoom de los binoculares pude comprobar la cabeza del piloto.


-¡Susman, mire justo hacia el frente! - Le dije sin dejar de mirar la posición del náufrago, pues corría el riesgo de perder su ubicación si me descuidaba.- exactamente a las 1200… digamos 100 metros aproximados de distancia…


-¡Es cierto!, ¡ahí está la pelota de basketball! – Dijo Susman evidentemente emocionado.- ¡Carl! ¡a la derecha con movimiento suave!, ¡vamos!


El helicóptero finalmente se suspendió en el aire justo sobre el piloto náufrago quien al parecer flotaba gracias a su chaleco salvavidas, no parecía dar muestras de vida. Susman se ciñó el arnés y lentamente comenzó a descender hacia el mar desde el helicóptero, la operación fue todo un éxito, al cabo de minutos ya estaba de regreso otra vez con nosotros y en sus brazos el cuerpo del piloto perdido. De pronto el hombre rescatado abrió sus ojos.


-Tranquilo, Hawkins…- le dijo Susman.- tómatelo con calma, estás saliendo del shock así que respira lento y pausado…


-¿Quiénes son ustedes?...- preguntó el náufrago.


-Rescatistas de la guardia norteamericana, me acompaña el oficial Leon Scott Kennedy.- Respondió Susman.- se pondrá bien, Hawkins. Ha tenido suerte de que ese anticuado chaleco salvavidas resistiera…


-¿Porqué me llama Hawkins?


-Está saliendo del estado de shock, es lógico que presente amnesia… usted es el piloto Rusell Hawkins de la fuerza aérea norteamericana, salido de la academia hace 4 años…


-No… no… - dijo el piloto incorporándose en la camilla.- mi nombre es Elijah Dunn…


Yo y Susman nos miramos desconcertados.


-Ayer salí desde la base 56 en Florida cuando mi avión cayó al agua…


-Es imposible…- Dijo Susman.- esa base no existe desde hace ya unos 30 o 40 años atrás, si no es que más…


-Hawkins…- Le dije de forma pausada para que comprendiera bien.- está usted en el año 2007…


Entonces él nos miró con un miedo aterrador, parecía estar a punto de llorar.


-Mi nombre no es Hawkins… es Elijah Dunn… y este es el año 1947….- dijo para luego quedarse petrificado del espanto.


Susman le dio un sedante en el helicóptero para ver si al despertar luego saliera del estado de conmoción en el que creíamos se encontraba. Sin embargo supe que al despertar le dijo los mismo a los doctores y paramédicos que le atendían, preguntando por familiares y personas que nadie conocía, en efecto los oficiales corroboraron que no se trataba de Rusell Hawkins, pero tampoco identificaron el nombre de Elijah Dunn en sus registros.

Finalmente Elijah Dunn creo que falleció a finales del año pasado en el manicomio en que fue recluido, diagnosticado de esquizofrenia paranoica.





Listo, ahora a dormir....

Leon S. Kennedy 01:23 a. m.


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sábado, 20 de junio de 2009

La pequeña Rachel












Se supone que toda madre debe querer a su hijo, digo… es lo normal. Sin embargo, algo salió mal en la historia que paso a contarles.

La pequeña Rachel tiene un rostro realmente adorable, es angelical y quizá por ello es que su madre jamás la amó, todo lo contrario… la odiaba al punto de torturarla psicológicamente.

La madre de Rachel era una mujer desquiciada y absolutamente enferma, le hizo la vida imposible a la pobre niña tan solo porque se llevaba toda la atención de su esposo, quien como todo buen padre solo se preocupaba por el bienestar de su hija. Vaya error, los celos rompieron los límites de la cordura en la pobre mujer que terminó por asesinar a su esposo con un cuchillo y luego de eso no encontró nada mejor que acabar con su propia vida ahorcándose en su habitación. Obviamente Rachel fue testigo de todo eso.

Bueno, luego de toda esa horrible tragedia se le asignó la custodia de la pequeña niña a Ingrid Rose, una amable mujer que era la tía, es decir la hermana de su pobre padre asesinado. Las primeras semanas pareció andar todo muy bien, sin embargo de pronto comenzaron a suceder cosas extrañas, Rachel veía a su desquiciada madre muerta en sus sueños, le decía a su tía Ingrid que ella se le aparecía vestida de negro y la amenazaba con que se la llevaría a un lugar horrible, también algunas veces decía ver su rostro en los espejos de la casa… un rostro terrible.

Su tía Ingrid se preocupó mucho y al consultarlo con la asistente social, ésta la derivó a un psicólogo infantil quien le diagnosticó a la niña un estrés post-traumático debido a todas las cosas que vio y soportó mientras su madre vivía, y mas aún el ver en primera fila el asesinato de su padre y luego el suicidio de la mujer. El médico le recetó unas pastillas, calmantes y actividades recreativas, pero nada de eso funcionó… las alucinaciones persistieron hasta que todo reventó un 15 de Junio. Aquel día Ingrid fue a despertar a Rachel a su alcoba porque ya era muy tarde y aún no se levantaba, pero cuando entró al cuarto no vio a la niña en ningún lado, solo un increíble desorden por todo el lugar y sobre la mesita de noche una nota que decía “Ella viene por mí… viene por mí… vien…” y ahí terminaba abruptamente.

La niña desapareció por completo, sin dejar rastro… literalmente se la tragó la tierra. Yo no suelo creer en cosas de fantasmas y hechos muy paranormales, pero debo reconocer que la historia me impactó muchísimo pues cuando Ingrid llamó a la policía al ver que su sobrina había desaparecido, me tocó a mí acompañar al oficial a cargo y recoger esta historia que transcribo en mi diario y que fue la declaración que nos dio Ingrid en el parte policial.

Me parece que la fotografía de Rachel aún está en la oficina del oficial que siguió adelante con este caso. Han pasado ya cerca de 6 años desde que ocurrió esto y la última vez que hablé con ese oficial se me ocurrió preguntarle por Rachel y me respondió que el caso aún estaba estancado por la falta de pistas sobre su posible paradero, de esta conversación habrán pasado unos 8 meses hasta ahora…

No sé porqué me acordé de esta historia que me dieron ganas de escribir aquí... espero pasar una buena noche hoy, solo a mí se me ocurre acordarme de este tipo de anécdotas cuando al otro día debo levantarme temprano...



Leon S Kennedy 00:23 am

...creo que esta noche dormiré con la luz encendida...

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sábado, 16 de mayo de 2009

Aquel túnel
















Caminaba por un túnel húmedo y largo que me conducía a un vacío existencial realmente macabro y tenebroso, lo mas raro de todo es que yo era perfectamente consciente de todo aquello y aún así seguía avanzando, jamás se me cruzó por la cabeza la idea de retroceder. Mi angustia era realmente asombrosa y me sentía realmente mal, todo me daba vueltas…no sé que clase de fuerza me mantenía en pié, pues estuve a punto de caer al suelo como unas 4 o 5 veces. En ese momento una voz me habló:




"¿Estas feliz?"



-¿Quién habla?



"No me has respondido"




-¿Quién me dice que debo responderle a una estúpida voz?



"¿Estás feliz?"



-Lo estaré si te callas y me dejas avanzar



"No estas feliz…"



-Déjame en paz



"¿Cuantas balas te
quedan en tu pistola?"



-¡Te he dicho que me dejes en paz!



"Vamos... siempre
llevas la cuenta..."





-Me ha de quedar un cartucho… con eso bastaría para liquidarte
¡Así que cierra la boca!



"¿No te sientes bien verdad?"



-No, no me siento bien… ahora cállate



"Pues, sé como aliviar tu dolor…"




-¿Ah, sí?... ¿cómo?





"Llévandote tu pistola a la cabeza
y volándote los sesos..."




-Jajajaja… eres gracioso…
Mejor esa bala te la meto a ti
¿qué me dices?




"Pues, claro… apuesto a
que no te atreves…"



-¿Qué no?... vamos ¡aparécete!
Hasta ahora eres solo una estúpida voz
Que oigo en mi cerebro…



"Exacto, estoy en tu cerebro...
si quieres dejar de oírme, pues
vuélate los sesos"




-Ya me tienes harto… vamos, asómate un instante
Déjame ver tu estúpido rostro



"Lo verás cuando te vueles los sesos…."




En aquel momento vi una silueta moverse a cierta distancia y saqué mi pistola para disparar, mis sentidos no andaban del todo bien y me costó fijar el blanco, finalmente disparé, pero la silueta seguía ahí, temí que fuera un infectado (zombie) así que me aproximé para poder darle de lleno en la cabeza. Grande fue mi sorpresa al aproximarme y descubrir que en realidad era mi propio reflejo que se veía en una gruesa cañería.




"Jajajaj… eres estúpido…"



-¡Cállate!... ¡muéstrate!



"Ya te dije… estoy en tu cabeza…"



En aquel momento todo se me vino abajo, me sentía muy mal y esa voz me forzaba a dispararme, nada tenía sentido ya para mí. Estaba perdido en una tierra extraña, en un verdadero túnel sin salida… quizá jamás volvería a ver la luz. Justo en el momento en que discernía si llevarme la pistola a la boca o no, escuché una voz.


-¡Ahí está!, ¡Es Leon! – Dijo mientras que su silueta, esta vez verdadera, se aproximaba hacia mí.- ¿Leon, estas bien?


Saqué mi pistola y le apunté, me costó mucho hacerlo, pues mis sentidos se encontraban bajo el 65 % que se requiere para poder coordinar bien los movimientos, en eso aquel hombre se espantó mucho y retrocedió para esconderse.


-¡Está bajo los efectos!- Le dijo al parecer a otros hombres que andaban con él.- ¡dispárenle el sedante!


En eso un dardo tranquilizante me llegó de lleno a mi pierna derecha, curiosamente no sentí dolor, mas bastó para hacer colapsar por completo el precario equilibrio que hasta ese entonces me mantenía en pié. Caí al suelo y en cosa de segundos todo se apagó.


Luego desperté en una camilla de hospital y un oficial amigo mío llamado William frikd…o friedk…, bueno William “algo” me fue contando el como habíamos desarticulado momentos antes una operación para evitar que una derivación del T-virus transformado en gas fuera llevado al puerto y se enviara a Sudamérica. En ese momento recordé todo, hubo un tiroteo en el laboratorio en donde se procesaba el gas y un extintor inflamable estalló cerca abriendo una de las válvulas, yo inhalé una enorme cantidad pesar de andar con la mascarilla puesta. Luego de eso me vino una desorientación y aparecí en las alcantarillas, me explicaron que por ser solo una derivación experimental del Virus transformado en gas sus propiedades letales habían disminuido casi en un 100 % dejando únicamente efectos de desorientación, nauseas, pérdida de equilibrio, pero también un fuerte, enorme y peligroso impulso de suicidio.

Me pregunto qué hubiese sido de mí si no me encuentran mis compañeros… la verdad es que en líneas generales no recuerdo mucho, tan solo aquella maldita voz que me invitaba a quitarme la vida…

Tan solo el pensar qué hubiese pasado una fracción de tiempo mas tarde antes que me encontraran me hace padecer de insomnio… como ahora….







Leon S Kennedy 02:32 A.M.

...Odio tener insomnio cuando al otro día debo levantarme temprano...



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jueves, 19 de febrero de 2009

Simplemente... un mal día














Cuando era policía en San Francisco (esto fue antes de ser movido a Raccoon City) me tocó estar de guardia una noche y acudí a una llamada de un robo a una tienda artículos electrónicos, ese día todo me había salido mal, así que reconozco que mis ánimos no eran de los mejores.

Al llegar veo que la alarma aún sonaba y un muchacho alertó a los otros que estaban en el interior de la tienda de que yo me acercaba. Salieron como 6 chicos menores de edad huyendo desde el interior. Abrí la puerta de mi patrulla y me bajé, pero no les perseguí, tan solo dejé que se fueran (“total son solo niños”, pensé). Me metí nuevamente al patrulla y pasé lentamente por fuera de la tienda y del enorme cristal de la vitrina quebrado y fue ahí cuando lo vi, un niño… escondido.

Uno de los niños tuvo miedo de salir huyendo y se quedó escondido, pero fue fácil descubrirle. Bajé de la patrulla nuevamente y me acerqué a la vitrina quebrada, entré por entre los cristales rotos y le ordené que se pusiera de pié con sus manos en alto. El niño no tenía mas de 11 años y estaba realmente asustado, se levantó con sus manos en alto y estaba a punto de llorar. Lo cogí por el cuello y lo llevé a la patrulla.


-Ponte el cinturón de seguridad…- Le dije al sentarme tras el volante, él iba de copiloto.


El niño me obedeció al instante, llamé por radio e informé al cuartel de que al llegar no había nadie, pero que daría una ronda por si encontraba algún sospechoso. El niño estaba realmente asustado, por un momento pensé en asustarlo aún más para que dejara de una buena vez de andar metido en este tipo de cosas, y cortar de raíz aun futuro criminal en potencia, pero por otro lado estaba muy cansado y de mal humor como para molestarme.


-Bueno, niño ¿Dónde vives?- Le pregunté.


-En la calle Riverside número 2256.- Me respondió.


-Conozco ese barrio… es un bello lugar.- Le dije aún sabiendo que en verdad era el peor barrio de la ciudad.- es un bello lugar, con bellas casas y bellas camas para que los niños de tu edad duerman a estas horas…


El niño nada me contestó.


-Dime ¿Por qué te andas metiendo en líos?.- Le pregunté.


-(…)


-¿mmm?, ¿no crees que tus padres se esfuerzan a diario para poder enviarte a la escuela?


-(…)


-No es mi intención sermonearte, niño… pero es que trata de entender de que es por tu propio bien… ¿Cómo te llamas?


-Sean…


-Sean.- Repetí.- Bueno, Sean… déjame contarte una historia sobre un niño que conozco que se llama Stan… Stan es un niño que juega a ser pandillero y se junta con amigos que en verdad no son sus amigos, y le obligan a hacer cosas que él no desea hacer… cosas malas,¿bien? Un buen día Stan se metió en un gran lío por andar jugando a ser pandillero y cuando necesitó de la ayuda de sus amigos, éstos le ignoraron y lo dejaron solo y abandonado…. ¿sabes cuál es la moraleja del cuento, Sean?


-(…)


-Pues, la moraleja del cuento es que esos delincuentes con los que te juntas en verdad no son tus amigos,¿entiendes?.... y el día que necesites de ellos, te darán la espalda y se olvidarán de ti… ¿no te das cuenta de que te están usando?.


En ese momento me quedé callado, creí que se me estaba pasando la mano con el chico y respiré hondo, de veras que andaba de un humor muy raro y solo quería terminar mi turno de guardia e irme a casa por esa noche. Pisé el acelerador a fondo.


-Te llevaré a tu casa.- Le dije para animarlo y para que no estuviera asustado.- no le diré nada a tus padres,¿bien?, nada mas piensa en lo que te dije…



Finalmente llegamos a la dirección, era un conjunto de apartamentos aislados, muy común en los barrios bajos.


-Bien, Sean… has llegado sano y salvo a tu casa, puedes irte.- Le dije.


El muchacho se quitó el cinturón de seguridad, abrió la puerta y se bajó, al cerrar la puerta se acercó a la ventanilla.


-Oiga… ¿puedo confesarle algo?- Me preguntó.


-Dime.- Le dije.


-Los que nos enviaron a robar la tienda… eran mis padres.- Me dijo con un voz media asustadiza.- y tres de los chicos que huyeron eran mis hermanos… ahora no sé donde andarán ellos, pero yo he regresado a casa sin nada ¿y sabe lo que me espera?


-No… ¿qué? - Pregunté intrigado.


-Una paliza…- Me dijo.- Cada vez que nos envían a robar y alguno no trae nada, se enfurecen y nos golpean.


-Sean…- Le dije con mucha pena.- yo puedo hablar con gente para que venga y te ayude a ti y a tus hermanos. Pueden hacer que vivas con alguien que te quiera y que no sigas con tus padres. ¿Quieres que lo haga?.


El muchacho meneó la cabeza.


-En la ventana de aquel apartamento.- Me dijo señalándomelo con el dedo.- está mi papá viéndonos en este momento, se pone peor cuando ve que me trae algún policía.


¿Qué puedo hacer?.- Le dije.- No quiero que tengas problemas hoy.


-Pues, él debe verme llegar con algo en mis manos…- Me dijo el niño mirándose los pies con lentitud.


Comprendí en el instante a que se refería, así que metí mi mano en la guantera del automóvil y le dí 80 dólares. Apenas se los dí y el chico salió corriendo en una dirección opuesta al apartamento que me señaló con el dedo.

Creo sin temor a equivocarme que hasta el día de hoy ha sido el niño mas listo que he conocido y siempre recordaré la forma en que me engañó y me hizo quedar como un verdadero tonto.







... vaya que me hubiesen servido esos 80 dolares hoy en día...

Leon S. Kennedy 01:23 AM




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jueves, 15 de enero de 2009

Una cita romántica






















Extraño tener una vida normal,aún recuerdo la primera vez que tuve mi primera cita tras los acontecimientos de Raccoon City,su nombre era Sheila y quedamos de vernos en el restaurant “el gusto por la carne” a eso de las 22:00 un día miércoles.Para variar llegué creyendo estar atrasado,un mesero me condujo a la mesa donde estaba ella,era muy linda,realmente atractiva,yo me senté de inmediato.


-Hola,perdón por la tardanza ¿llegaste hace mucho?.- Le pregunté.


-No,solo un par de minutos antes que tú…-Me respondió con una sonrisa.- ¿vienes de tu trabajo?.


-La verdad que no…,acompañé a un amigo al campo de tiro y es que queda un poco retirado de este restaurant…


-Oh,¿andas con tu arma de servicio bajo la chaqueta?.- Me preguntó sorprendida.


-Sí,pero descuida...ahí se queda jeje.- Le respondí.


En ese instante se acercó nuevamente el mesero con el menú,ibamos a ordenar algo cuando mi localizador suena,al parecer era importante.No podía dejar de ver que ocurría así que me excusé con Sheila por unos segundos y le dije que debía hacer una llamada teléfonica,también le pedí que ordenara por los dos.

Salí del restaurant y hablé con un agente de inteligencia,me informó que un ex-miembro corporativo de Umbrella llamado Vincent Leigh se encontraba haciendo negocios en el mismo restaurant donde yo tenía mi cita.La orden era arrestarlo y llevarlo al cuartél.Como odié estar de guardia en ese momento.A mi localizador llegó la foto del supuesto individuo al cuál debía arrestar.

Entré nuevamente al restaurant y me senté otra vez en la mesa con Sheila,no queria arruinar la velada ni nada de eso,así que decidí no comentarle nada por el momento.De pronto lo ví….,a tres mesas de nosotros,justo al fondo estaba Vincent Leigh,cenando con una rubia…,”ésta es la noche de las citas” pensé.


-¿Qué ocurre? ¿a quien observas?.- Me preguntó Sheila notando mi particular actitud.

-No,a nadie…,es solo que recibí una llamada y es probable que sea algo serio…

-Oh,..- Exclamó un poco frustrada.- ¿quieres decir que en algún momento de la cena debas levantarte e irte?

-Es una posibilidad.- Le dije cerrando un ojo.-…,pero intentaré de que no ocurra.


En aquel instante Sheila se puso a contarme cosas de su vida y de su trabajo,mientras yo disimuladamente observaba a Vincent en la otra mesa.En aquel momento su mirada se topa con la mía y me queda observando por unos segundos como si me conociera de algún lado,debía tener cuidado con este tipo,pues los ex-empleados de Umbrella son capaces de cualquier cosa con tal de huír de la justicia,asi que no sabria que reacción podía tener.De pronto hace un extraño gesto como si estuviera interrogándome,es entonces que del bolsillo de mi chaqueta saco la credencial de fuerzas especiales y se la enseño por un lado de la mesa.Vincent se queda observándola por unos segundos y traga saliva,su arresto es inminente.De un salto se pone de pié y toma a la mujer rubia por el cuello y con su otra mano acerca una jeringa a una de sus venas,amenazándo con enterrárle la aguja..


-¡Retrocede,Kennedy!.- Me dijo,yo me sorprendí al ver que me reconocía de algún lado.

-Vincent Leigh,no sea idiota…- Le dije al mismo instante que me levantaba de la mesa ante la atónita mirada de Sheila quien no comprendía nada.-…ya hay patrullas afuera esperándolo…,acompáñenos y le daremos un trato cordial y justo.

-¡No te acerques!...- Me repitió.- ¿sabes lo que contiene esta jeringa?,es ni más ni menos que el virus desarrollado al triple de su potencial…,si te sigues acercando se lo inyectaré a esta mujer en su cuello.


-¡Vamos,Vincent!...- Exclamé .-…no quieres hacer eso…,te lo aseguro.Termina esto de una vez y acompáñame.


Y justo en el instante en que creí que iba a acceder a mi petición,su rostro se distorsionó en una horrible mueca de dolor y soltó a la mujer rubia,se llevó una mano a su pecho y respiraba con mucha dificultad hasta que finalmente cayó al suelo muerto.Me acerqué lentamente a comprobar su estado,todo indicaba que había fallecido producto de un ataque.

-Ataque cardiaco…,fulminante…- Le dije a la mujer rubia que tenía Vincent antes por rehén

-El veneno hizo su efecto…antes de lo esperado…-Me respondió ella con una mirada tan malvada que hasta el dia de hoy no logro olvidar.

-¿Veneno?...¿a qué se refiere?.-Pregunté confundido.

-El plan era envenenarle para que nos diera el Virus que nos iba a vender sin pagarle ni un solo centavo…,le puse veneno en su ensalada cuando fue al baño,obviamente se activó en su organismo mucho antes de los esperado,pero suerte la mía…,ya veía que me inyectaba esa jeringa…

Realmente me sorprendió su confesión,de posible víctima inocente pasó a villana de la historia y obviamente fue arrestada en el instante.

Luego de que llegaran las patrullas y yo prestara declaración de todo lo que había sucedido,me acerqué a Sheila (¿recuerdan?,la chica de mi cita) me esperaba mientras fumaba un cigarrillo cerca de su automóvil,me dijo que esa había sido la cita mas rara que había tenido en su vida.Fué la última véz que le ví y que oí su voz,lamentablemente nunca más supe algo de ella.







FIN




Leon S. Kennedy


¿El amor apesta a zombie?...,quizá no pero parece estar muerto...